viernes, 28 de enero de 2011

Estúpido. Idiota. No merece la pena. Todos me lo habían dicho que lo era, pero yo no pensaba lo mismo... Me encantaba como sonreía, aunque muy pocas veces era a mí. Era increíble como se despeinaba el pelo para parecer un chico malo (en el fondo también era un chico malo). Podía tirarme horas viéndole en su moto mientras charlaba con su ligue del día. En esos momentos me corroían los celos, pensaba mil maneras para llamar su atención y atentar contra las vidas de esas chicas. Nunca hice nada (eso no hubiese estado bien). Todos me decían que me olvidara de él, ¿pero cómo iba a hacerlo si era el chico perfecto? Al menos eso pensaba yo, hasta que un buen día me rompió el corazón...





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